Después de la decadencia … el resurgimiento ¿Un PRI en apuros?

Estas líneas responden a la necesidad existencial de escribir algo sobre el PRI a titulo estrictamente personal; más como un ejercicio intelectual ponderado y crítico para mejorar condiciones adversas, que como una acción descalificadora o un despropósito político.

Ante la realidad que vive el PRI,  no puedo ni quiero ser cómplice del silencio, la inacción y la indiferencia. Actitudes estas, más que cómodas, en las que hemos incurrido los priistas de todos los niveles, hordas y castas.

No se lo que piensen otros celebres compañeros de partido, pero supongo que la mayoría aún no se repone del golpe psicológico de dos fracasos  electorales consecutivos y quisieran, como yo, evitar una tercera derrota cuyas consecuencias serían muy lamentables y deprimentes para los priistas.

La discusión sobre el futuro del Partido no es un asunto simple de simpatías o antipatías en las relaciones políticas de las jerarquías; no es un asunto solo de entendimiento y lealtad en los círculos de élite y base; es  algo más que eso:  capacidad estratégica para ganar elecciones, resolución de problemas sociales de fondo, estimulación a liderazgos, atinada selección de candidatos, armonización de la clase política, actitud incluyente, visión integradora y de futuro, profesionalización de la política en  unidades las partidistas y capacidad para tomar decisiones en sentido positivo.

Ante esta realidad, más de algún consejero estará ofreciendo de buena fe lecciones de moral política, otros  hablarán de las reglas de oro, escritas y no escritas, por ejemplo: No hacer futurismo demasiado pronto,  atender primero las elecciones de 2015, que nadie se mueva antes de tiempo, no por mucho madrugar amanece más temprano, respetar la disciplina partidista, acatar los estatutos, el que se mueve no sale en la foto, no cuestionar la decisión del factótum ni del fiel de la balanza,  el Partido marca tiempos y ritmos, considerar el clima político, evitar golpes bajos, primero el programa después el nombre…

Soy de la opinión de que la candidatura al Gobierno del Estado debe trabajarse intensamente desde este momento: Constituir pactos y acuerdos, hacer amarres, administrar intereses y sentimientos, formar una sola corriente con los diversos grupos políticos internos, unir fuerzas y propósitos del Partido y del Gobierno, despertar el genio ardiente de cada militante y profesar la libertad de acción del Partido para que no actúe solo temporalmente como un ente electorero.

Este es el momento de poner a los priistas de pie. Caminar con dirección y correr con energía para  alcanzar con oportunidad los objetivos, metas y puntuación superior para la victoria.

Las preguntas de fondo son ¿Existe conectividad entre las estructuras del Partido y los casilleros del Gobierno? ¿Cómo resolver el desequilibrio Gobierno fuerte y Partido débil?  ¿Es posible unir a la clase política del PRI? ¿Hace falta, o no, la renovación de la dirigencia del Partido?  ¿Quiénes se perfilan para 2015? ¿Quiénes para el 2016?.

El renacimiento del PRI en Aguascalientes no  puede concebirse al margen de las interrogantes anteriormente planteadas. Por ello, es urgente reorganizar liderazgos, atender y conducir aspiraciones, escuchar a priistas marginados e inconformes, democratizar las decisiones, integrar a la clase política del viejo y nuevo cuño, ligar la acción de Gobierno con la acción de Partido, revisar la integración de los consejos políticos, sensibilizar a los servidores públicos, revisar el desempeño y productividad política de las dirigencias de las estructuras territoriales y sectoriales, posicionar agenda de asuntos relevantes en medios de comunicación, intensificar la gestión social, relegar agravios del pasado y abrazar a la gran comunidad priista.

Es tarea de todos los priistas buscar el entendimiento para actuar de inmediato en la reconstrucción ideológica y programática de nuestra institución política. Es tarea de todos, porque el PRI es propiedad de todos. Es un grave error pensar que el PRI se maneja en automático, que puede dar resultados en la inercia misma y que puede fortalecer sus estructuras y su espíritu redentor desde la inacción y la  indiferencia.

Debemos encontrar la fórmula mágica, sin protuberancias ni violencia verbal que afecten las relaciones políticas entre priistas de todos los niveles. ¿Cómo hacer para fortalecer al Gobierno legitimado en las urnas por la mayoría priista? y  ¿Cómo hacer para fortalecer al PRI sin que la dirigencia se sienta o se vea amenazada por el derecho de coexistencia de todas sus expresiones?

Quizá  muchos priistas no quieren estar en el Gobierno; otros aunque quieran por alguna razón no pueden, pero su derecho a reclamar un espacio o una tarea que les cotice presencia y militancia es ineludible e inevitable.

El reto para el PRI consiste en la construcción de escenarios progresivos que en los hechos demuestren que se cuenta con un Partido unido y competitivo, dispuesto a ganar elecciones y distinguido en el arte del buen gobierno.

Una tercera derrota electoral en 2015 sería la marginación total del poder para el PRI con su lamentable y costosa reconstrucción inmediata para la contienda en 2016.

El PRI no debe ser reactivo al entorno, sino anticiparse a las circunstancias; sin embargo, a pesar de lo anterior, parece no notar que otros partidos ya iniciaron campañas en forma abierta.  Se falla en las decisiones políticas porque no se comprende la estrategia, porque no se dedica tiempo al estudio de la misma, porque no se otorgan incentivos ni se relaciona la estrategia con el programa y el programa con el presupuesto.

Visión: El PRI en el futuro se ve como un Partido grande, fuerte e inteligente, con un jefe político también fuerte, que dialoga con su clase política, que estimula a la militancia y que de igual manera su liderazgo es respetado y enaltecido.

Misión: Mantener la gubernatura y recuperar el poder en los demás espacios políticos perdidos con una dirigencia del Partido comprometida, estratégica y sensible a la crítica y autocrítica de su militancia.

Escenario deseable: En un ambiente extraordinario el priismo vuelve por sus fueros; majestuoso y popular se prepara para librar cualquier batalla electoral y sin divisiones ni conflictos internos avanza en sus propósitos, vence adversidades y convence al ciudadano que es la mejor opción para seguir gobernando.

Por: Isidoro Armendáriz García